En la educación preescolar, entre más pequeños son los niños, mayor es
su necesidad de movimiento, manipulación y desplazamiento. Mantenerlos sentados
por tiempos prolongados y pedirles concentrarse en una tarea resulta difícil
para ellos, a menos que esa tarea atrape su interés y atención, como ocurre
cuando ensamblan piezas para construir algo con ellas, o cuando entre los
libros de la Biblioteca de Aula, la portada de alguno les atrae y lo empiezan a
hojear imaginando lo que dicen los personajes que encuentran en él.
Es tarea de los maestros y la escuela ofrecerles experiencias que los
hagan poner en juego sus capacidades de pensamiento y comunicación para
desplegar sus potencialidades y seguir aprendiendo.
Durante la educación preescolar se pretende que los niños adquieran
gradualmente seguridad y confianza en sí mismos, que sientan que son capaces de
pensar y buscar soluciones a ciertos problemas (matemáticos y de otro tipo), de
expresarse a través de la palabra, del cuerpo y de los lenguajes artísticos, de
interactuar con su entorno y de relacionarse con sus pares y con adultos.
Lograr lo anterior significa que el trabajo de la educadora se centre en
proponer a los niños situaciones y experiencias en las que, al participar, usen
las capacidades y los conocimientos que tienen; de esta manera, fortalecen
aquellas al tiempo que amplían sus conocimientos y construyen otros.
A los niños les gusta aprender y ello exige un trabajo dinámico,
organizado y enfocado al fortalecimiento de sus capacidades cognitivas y
comunicativas, sociales y emocionales.
Los
materiales didácticos son materiales auxiliares o medios didácticos que
facilitan el proceso de enseñanza y la construcción de los aprendizajes porque
estimulan la función de los sentido y activan las experiencia y aprendizajes
previos
Estos, resultan de suma importancia para el desarrollo
del niño y la niña puesto que ellos se encuentran en una etapa en la cual
divertirse es aprender, dado que sus experiencias se nutren de sensaciones y
los materiales didácticos representan el objeto perfecto para que ellos se
involucren de manera positiva ante los nuevos conocimientos que se les pretende
enseñar.
Los materiales juegan un papel fundamental como
mediadores entre la actividad que la educadora propone a los niños y los
procesos de razonamiento que ellos siguen para responder a lo que demanda la
actividad; por ello, la elección del material a utilizar debe responder a la
finalidad educativa que se plantee la educadora
Como que materiales podemos ocupar en el aula?
La diversidad de materiales que pueden utilizar los
niños pequeños en la escuela es tan amplia como los objetos y recursos
naturales disponibles. Un objeto adquiere sentido pedagógico en la medida en
que propicia en los niños procesos cognitivos que los comprometan con la
actividad y los haga razonar, crear, comunicarse y aprender.
Tomando en cuenta las características de los niños
que cursan la educación preescolar y la enorme contribución que la escuela
puede hacer al desarrollo de sus capacidades para aprender, la imagen es el
principal recurso en el material impreso Mi álbum Preescolar que los niños reciben en cada grado que cursan de
la educación preescolar.
Con las actividades que se proponen para el trabajo
con las láminas de cada álbum y con la intervención de la educadora, los niños
tendrán motivos para imaginar, crear y contar historias; jugar, cantar, bailar,
opinar, expresarse a través de los lenguajes artísticos y resolver problemas.
Materiales de aula
Estos materiales son para que, en pequeños grupos,
los niños los utilicen en actividades de razonamiento a través del juego.
Las actividades con estos materiales propician que
los niños confronten y argumenten sus ideas, reflexionen sobre sus respuestas y
acciones, apoyen a sus compañeros, observen otras estrategias para resolver una
misma tarea y enriquezcan las propias.
La educadora decidirá qué material utilizar y en
qué momentos, con base en las finalidades educativas sobre las cuales realiza
el trabajo pedagógico con sus alumnos.
Algunos de ellos son:
• Rompecabezas. Su finalidad es propiciar en los niños el
desarrollo de la percepción geométrica. Armar un rompecabezas consiste en
embonar correctamente piezas para producir una imagen; ello implica que los
niños observen las formas y decidan en qué lugar y en qué posición colocarlas.
Por las dimensiones del rompecabezas, los niños pueden armarlo de manera
individual, en parejas o ternas. Tomando en cuenta que la imagen ya está
definida, las explicaciones que entre ellos se den cuando alguien intenta
colocar una pieza que no encaja ayuda a los demás a fijarse en otros detalles,
en las relaciones entre las piezas y a ajustar estrategias para el armado de la
imagen que se va formando.
• Baraja. Tiene como finalidad el uso de las relaciones
“mayor que” y “menor que” entre la cantidad de elementos de las colecciones y
entre los números que las representan. En este material se incluye una tarjeta
con dos propuestas de juego.
• La gran carrera. Su finalidad es que los niños usen el conteo y establezcan
la relación que existe entre los puntos que marca el dado y la cantidad de
casillas que debe avanzar o retroceder cada jugador en el tablero.
• Alfabeto móvil y Cuadrados bicolores. Son tarjetas cuadradas que se incluyen en una misma caja; en una
de sus caras hay una letra y en la otra, figuras de colores. El Alfabeto móvil tiene como finalidad que los
niños identifiquen algunas características del sistema de escritura a través de
la formación de palabras. Por su parte, los Cuadrados bicolores propician el desarrollo de la percepción
geométrica, principalmente a partir de la reproducción de modelos. Se incluyen
orientaciones para su mejor aprovechamiento.
Ahora puedo afirmar que los materiales didácticos representan una gran ayuda para el docente y
los estudiantes ya que facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje.